domingo, 27 de septiembre de 2009

Moritos en Plaiaundi




El 27 de septiembre se observan 2 moritos (Plegadis falcinellus) en la laguna de San Lorenzo, permaneciendo posados por corto espacio de tiempo. Uno de los ejemplares portaba anilla de lectura a distancia. Las observaciones de morito son raras en Txingudi, aunque en los últimos años se viene produciendo un incremento significativo de las mismas.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Ejemplar atípico de abejero europeo




Desde el pasado 12 de septiembre se ha venido observando en Plaiaundi un abejero europeo (Pernis apivorus) joven pálido, aquerenciado en la zona y cuya conducta, anormalmente confiada, ha permitido observarlo a placer. No obstante, la identificación del ejemplar no ha sido fácil, suscitando dudas iniciales incluso entre ornitólogos experimentados (y divertidas confusiones entre los observadores de aves), tratándose, que sepamos, de la primera vez que un individuo de estas características es observado en la zona. El rasgo más desconcertante sea acaso la máscara netamente dibujada que presenta, mucho más patente que la mancha ocular que apuntan las guías de identificación. Sea como fuere, el ejemplar ha despertado encendidos debates entre la concurrencia de amantes de las aves...

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Instalaciones deportivas: una trampa para aves


Es conocido el problema existente con las instalaciones deportivas que aún permanecen en Plaiaundi, acumulando un retraso de 11 años, desde que se adoptó el acuerdo para su retirada y se comenzó con la ejecución del proyecto de restauración. Durante este tiempo, el desarrollo de la actividad deportiva y las servidumbres a que esto obliga han repercutido negativamente en numerosas ocasiones, afectando a la conservación del espacio natural en diverso grado.

Por desgracia, de nuevo tenemos que referirnos a ello, pues se están llevando a cabo obras de acondicionamiento y mejora de las instalaciones, que incluyen la renovación del asfaltado de la pista de atletismo. Algo en apariencia sencillo e inocuo, pero que al tratarse de un espacio natural ha acarreado funestas consecuencias para un número indeterminado de aves paseriformes que han quedado pegadas, al estilo del método de caza con liga, en el tartán recién extendido, todavía caliente y blando, transformándose en una pegajosa trampa. Las aves son irrecuperables, pues pierden las plumas remeras y timoneras, además de presentar fuertes abrasiones con pérdida de piel y hemorragias.
En la foto, una lavandera blanca con patas y pico embadurnados en tartán, sin poder abrir dedos ni mandíbulas, que ha perdido todas las primarias y plumas caudales.